Presentación




Hola, antes que nada quiero presentarme ante ustedes, yo soy Auhizotl de las tierras aun libres y llanas del estado de México. Les diría que inicio como autor pero les mentiría. Comencé a escribir desde hace diez años y espero pronto poder publicar mi primer obra de dos ya escritos y aun me faltan otras ocho no escritas pero que vagan en el interior de mi mente gritandome que trace mis pensamientos en cualquier papel para que no se pierdan en el abismo de la imaginación, pero ya con más calma les relataré como empecé con todo esto y el porqué.
Siempre he creído que la vida en si es un cumulo de caminos con diferentes rumbos y destinos, aun desconocidos ante nuestros ojos. Es por esta razón que utilicé la palabra Tlacotzontli como el titulo principal de mi blog. Es increíble cómo desde tiempos antiguos, desde los mayas y los aztecas y tal vez aun más antiguo, cualquier caminante que necesitara suerte y fortuna en su andar se encomendaba a sus diversos dioses y creencias para que el camino fuera fructífero y que llegaran a su destino salvos y sanos. Cuentan los relatos aztecas que antes de emprender un viaje o en el momento en el que cambiaban a un pequeño atajo o entraban a un sendero nuevo, el viajante ofrecía su sangre por medio de pequeños cortes en su piel por medio de varas espinosas para que Tlacotzontli le permitiera proseguir y así de esta forma, librarlo de ladrones, animales salvajes y diversos peligros que podrían acabar con su vida.
De igual forma y aun más antiguo, los mayas creaban caminos que señalaban como sagrados y los resaltaban con cal y tierra blanca para indicar a cualquier persona de lo importante y sagrado que eran ante los ojos de sus dioses. Estos fueron los famosos sacbés sagrados en donde también realizaban ciertos rituales para permitir su uso y viajar con seguridad a su destino.
Ahora los caminos que usamos no aparecen ante nuestros ojos como con nuestros antepasados, ahora son invisibles, no se pueden ver pero se sienten. Los caminos se abren ante nosotros como nuevas oportunidades, cambios, crecimiento, aprendizaje, entrenamiento, decisión, esperanza, etc... y estos son aun más peligrosos que aquellos caminos que te trasladaban, porque destruyen una parte de ti y merman en tu ego, ¿y que es el ego? es todo lo que eres, lo que tú crees que eres y por ende, donde más duele.
Les puedo decir con certeza que he tomado muchos caminos durante toda mi vida y así como he errado al escogerlos, he tenido éxito en otros tantos. Claro que me he encomendado, tal vez a la misma Tlacotzontli o a otros dioses, pero no lo hago directamente pronunciando su nombre, ni con incienso en mi mano y mucho menos con cortes en mi piel. Lo hago al tomar la desición firme e inquebrantable de que, no importando lo que encuentre en el camino o sacbé que he escogido, lo aprovecharé al máximo tanto si fue un error o un acierto.
Salud.

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