Murciélago y planta carnívora
Me da gusto que aún en esta época tecnológica llena de IPhones,
tabletas digitales y equipos WIFI por doquier, la naturaleza siga dando
sorpresas. Cuando niño me encantaba ver todos aquellos programas de Jacques
Cousteau, el francés y su famoso barco Nautilus que investigaba la flora y
fauna del océano. Mi Papá inclusive me compró la colección de libros de toda la
investigación hablando desde el océano de los polos hasta las enormes ballenas,
y los leí. La naturaleza siempre da la pauta al hombre para sus creaciones y
por eso siempre estaba al tanto de lo nuevo que se descubría en esos momentos.
Ahora me encuentro con la sorpresa de un nuevo
descubrimiento de mutualismo: asociación de dos o más organismos de especies diferentes
que supone beneficio para ambos. ¿Si han escuchado de este concepto? Es como la
anémona que protege al pez de otros animales y este pez atrae a otros más
pequeños que servirán de alimento a la anémona.
Recientemente científicos encontraron la relación que existe
entre un pequeño murciélago de la especia Kerivoula hardwickii y una planta carnívora
de la especie Nepenthes hemsleyana. ¿Cuál es su relación mutua? La planta
necesita de nitrógeno para crecer y vivir, recibiéndolo del guano del murciélago,
y éste último necesita un lugar donde descansar que le permita mantener su
temperatura, sin insectos parásito molestándolo y sin otros compañeros peleando
por el lugar recibiéndolo de la planta carnívora.
¿No es increíble? La planta identifica plenamente al huésped
y no lo devora en sus jugos gástricos, le permite vivir ahí y ella se alimenta del
guano, pero lo mejor de todo es ¿cómo el murciélago identifica a la planta? Pues
le responde sus emisiones acústicas. El murciélago emite ondas acústicas, como
todos sabemos, para navegar a través de la oscuridad y la planta, en sus
paredes refleja provocando un eco especial, avisándole al murciélago que es un
lugar idóneo para descansar.
¿Cómo lo hace? Aún no lo saben. ¿Cómo pudo identificar esta
planta que necesitaba de este animal? No lo saben pero estos murciélagos identifican
plenamente a su planta a pesar que ésta se encuentra escondida muy bien entre frondosos
arbustos. Imaginen esto: vuelas en la negrura de la noche cazando insectos.
Emites ondas acústicas, de sonido, que rebotan en todas las superficies para
conocer tu entorno y no chocar o golpear con ramas, paredes, troncos, etc… todo
lo ves como en un sonar tridimensional, es decir, ves todos los objetos en su dimensión
y profundidad. De pronto en tu mapa aparece un punto que indica un lugar
perfecto para descansar, pues tu sonar lo muestra escondido entre matorrales y
arbustos, difícil de encontrar. Además, la forma del objeto muestra un cono con
techo, bien para mantener el calor de tu cuerpo. Es la primera vez que
encuentras esta zona de descanso y de ahora en adelante será tuya. En el próximo vuelo
nocturno distingues claramente tu “nido” de otras plantas iguales que responden
a tu eco y aterrizas en la planta quien te recibe cálidamente.
Asombroso. La forma en que la naturaleza se relaciona y
coopera con otros es increíble.
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