La tarea

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Ayer me sucedió algo muy curioso. Llegue a casa por la tarde y mi mujer, cansada de todas las cosas que hace en casa, los niños, ir de allá para acá con el ajetreo de las grandes ciudades me dijo que no quería lidiar con las tareas de Eli, de 7 años y en primero de primaria.

Está con eso de que le pelea a Mamá todo, que no quiere recoger sus cosas, que no quiere ir al karate, que no quiere comer y por supuesto que no quiere hacer la tarea. Así que me senté en la sala y le pedí su cuaderno de trabajo para revisar sus trabajos. Al principio todo bien, los márgenes, las fechas, los trabajos limpios y con calificación de 10 pero conforme avanzaban ya los márgenes desaparecieron, las fechas de plano fueron anuladas y los trabajos mal hechos con borrones y con calificaciones de 8 que pasó a un 7 y termino de plano en cincos y ceros, cuando al final, con fecha de ayer un recado de la maestra que decía algo así como:

Mamá, necesito hablar con usted lo más pronto posible pues Eli está trabajando mal.”

Puufff, la amolamos con este recadito de la maestra. En esos momentos pensé, que le digo, cómo le muestro que es importante la escuela pues es lo que te va a dar de vivir en un futuro; está chiquito y no le voy a dar explicaciones cuánticas acerca de lo difícil que la vida es de por sí y más agregándole que no te gusta la escuela. Así que respire profundo, aplique la técnica del Dalai, aspirar, exhalar y tranquilice mi mente.

Qué difícil es ser Papá. No viene un manual o instructivo de: “Cómo explicarle a un niño de 7 años que la escuela no es tan mala – dibujos explicativos incluidos y párrafo 17 aplicado para Dummies”

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Así que le pregunte clara y llanamente: ¿Qué te parece la escuela? ¿Te gusta ir a la escuela? Y de plano sus ojitos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar afirmando su respuesta a ambas preguntas. Cuando vi sus ojos me inspiraron para continuar hablando con él de forma tranquila.

-¿Realmente te gusta ir a la escuela? ¿Te gusta aprender cosas nuevas y jugar con tus compañeros?

-Si… (sollozando).

-Bueno, te pregunto porque si no quieres ir a la escuela puedes trabajar, el asunto es que flojos en la casa no puede ser. O estudias o trabajas ( y aquí se me ocurrió utilizar la escena de los niños que se acercan a vender chicles o pedir dinero en los semáforos de las grandes avenidas, algo muy común en México), porque si no quieres estudiar es bien fácil, mira, cuando me vaya a trabajar te paso a dejar a una esquina, la que te guste, con tu caja de dulces y chocolates, y te dedicas a vender todos los dulces hasta que pase por ti cuando salga de trabajar. De esta forma no vas a la escuela que no te gusta y trabajas para que no esté de flojito en la casa ¿Cómo ves?

En este punto el sollozo se convirtió en lamento puro y me juraba y perjuraba que le gusta ir a la escuela.

-Bien, entonces hagamos un trato tu y yo ¿vale?

-Sí (me contestó llorando como si de veras le doliera)

-El trato es este: firmas tu carta compromiso que en un momento haremos y la cumplirás al pie de la letra. Si faltas a esta carta entonces sin advertencia sin nada de palabras entre nosotros te llevaré a trabajar ¿entendido?

-Sí.

Escribí con letra sencilla una carta como la que sigue:

Yo, Eli, me comprometo a seguir las indicaciones de la maestra en todo momento y terminar mis trabajos a tiempo sin ensuciarlos. Me comprometo a ser el mejor no solo de mi salón, ni de la escuela, ni de México, sino del mundo entero.

Seguiré los siguientes pasos para cumplir con este compromiso:

1- Siempre pondré mi margen en cada hoja que use.

2- Anotaré la fecha para saber en qué día hice qué cosa.

3- Realizaré mi trabajo limpio y sin borrones siempre con el objetivo de sacar diez.

4- En mi cuaderno de tareas anotare la fecha de la tarea.

5- Punto a punto escribiré las tareas para realizarlas apropiadamente

6- Llegando de la escuela comeré, me cambiaré y me sentaré a terminar mis tareas para después salir a jugar

Nombre completo:                                                        Firma:

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Al menos creo que funcionó, pues al final me senté con él e hicimos la tarea juntos que la verdad, solo se tomó no más de quince minutos en terminar tres tareas diferentes.

Lo felicite y le dije lo fácil y sencillo que es hacer las cosas bien, siempre buscando ser el mejor. Quedó satisfecho y hoy se levantó feliz para ir a la escuela.

A mí nunca me aplicaron esta técnica que dirían fue hecha por psicólogos infantiles en aplicación a casos ipsomáticos en función escolar con problemas de atención. Patrañas, lo pensé, lo imaginé y lo apliqué.

Conmigo mi mamá colocaba un chocolate en su mano derecha y el cinturón en la izquierda. Contestaba bien me ganaba el chocolate, contestaba mal y me ganaba un cinturunazo en mis nalgas. Qué bárbaro si vieran que bien me aprendí las tablas de multiplicar aunque me costaba trabajo sentarme en mi pupitre escolar.

Salud para todos

Editado y agregado:

La tarea es importante por razones que son obvias y no tan obvias. Por desgracia, la mayoría de la gente –maestros y padres– no ven más allá de lo obvio.

El objetivo obvio, inmediato, de asignarle tarea a un niño es proporcionarle la oportunidad de practicar y reforzar sus habilidades académicas. Al dedicarle el tiempo adecuado a la tarea, el niño tiene una mejor oportunidad de sacar buenas calificaciones. ¿Verdad? ¡Claro!

Sin embargo, la tarea es importante por otras razones. Puede y debe ser una experiencia que forma un carácter, una piedra que se pisa hacia la liberación. Si los papás y maestros, que aprecian sus “valores escondidos”, la manejan adecuadamente, la tarea puede ayudar a un niño a proveerse de ciertas habilidades emocionales y de comportamiento muy esenciales, mismas que con el tiempo él necesitará para superar con éxito las tan frecuentes complejas demandas de la vida adulta. Estas habilidades incluyen responsabilidad, autonomía, perseverancia, administración del tiempo, iniciativa, confianza propia e ingenio

Veamos con detalle cada uno de estos siete atributos. “los siete valores escondidos de la tarea”, empezando por...

Responsabilidad: Es la capacidad de asumir “propiedad” de aquello que por derecho nos pertenece, para responder a las obligaciones. (No para que dudemos en recoger la bola cuando caiga en nuestra cancha). La tarea es una responsabilidad que por derecho le pertenece al niño, no a los padres.

Cuando éstos se involucran mucho, inician el proceso hacia el problema. Las lecciones se hacen, pero la verdadera lección no se aprende.

Autonomía: Gobernarse a sí mismo, es pararse sobre los propios pies. La tarea es la primera ocasión en que alguien, que es un padre, le asigna deberes al niño. En este sentido, la tarea irrumpe en un nuevo terreno. Ahora el niño es responsable fuera del círculo familiar. La forma en que se maneje esta oportunidad de aumentará u obstruirá la independencia gradual del niño.

Administración del tiempo: Es la capacidad de organizar el tiempo en una manera eficaz, productiva, para terminar los deberes a tiempo sin descuidar la calidad. A este respecto, la mayoría de los padres les dicen a los niños cuándo empiecen la tarea, más no cuándo deben terminarla. Esto establece el escenario para un maratón de tarea nocturno. El niño, en lugar de aprender a manejar el tiempo, aprende a desperdiciarlo.

Ingenio: Es la capacidad de encontrar, inventar o adaptar medios creativos para resolver problemas.

Esta es la clave, la parte medular del ser humano, ¿no es cierto? La tarea (aunque no es el único camino) proporciona la forma y el niño la esencia. Esto es, suponiendo que todo mundo vio las calificaciones.

¿Y qué se le puede agregar a esos “siete valores escondidos” ¡Pues la autoestima, por supuesto! Por lo tanto, la tarea ofrece al niño la oportunidad de desarrollar un valor propio positivo, el octavo, y más importante, “el valor escondido” de la tarea.

La forma en que la familia resuelva, maneje, y controle el tema de la tarea, establecerá ciertos antecedentes que tendrán un gran impacto en cuanto a la respuesta del niño a futuros retos, en la respuesta de los padres a futuros problemas, y, ante todo, en la manera como el niño desarrolle las habilidades que necesitará para conformar y disfrutar de una edad adulta exitosa.

Tomado de: http://www.conevyt.org.mx/cursos/cursos/edu_hijos/contenido/revista/rev05p37.htm

Sacales!!!! Cuantas cosas uno encuentra cuando invesiga… ahora sí, ¡Tomala barbón!

Comentarios

  1. A mi no me aplicaron esa tampoco, pero parece que funciona...

    Saludos!

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  2. Si, te aseguro que funciona... gracias por tu visita.

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