Como onda en el agua

En relación a lo comentado en el post anterior les pregunto: ¿Han visto lo que sucede cuando una gota cae sobre la superficie lisa y plana de un charco de agua? ¿Han visto esas ondas o olitas que se generan por la gota?

En otro blog comentaron lo ocurrido durante un accidente y la autora es enfermera o médico. Ella observó que algo había pasado, se detuvo, bajó y se acercó a la accidentada. Ya saben las decenas de curiosos que de inmediato y como moscas rodean el lugar del evento. Conforme esta chica empezó a moverse para hacer algo por la victima, cual gota golpeando la plana superficie, el resto de mirones se contagió del ánimo y comenzaron a apoyarla ¿cómo? Consiguiendo cosas para ayudar a la víctima, checando si la ambulancia ya venía en camino, etc…

Yo he sido testigo de personas que al ver un perro atropellado se detienen a socorrerlo. Otros, que cuando te ven perdido ya sea en un lugar grande o con multitudes de personas, se te acercan y preguntan: ¿Le puedo ayudar en algo?

Así como hemos visto la maldad o el lado oscuro de México(en las noticias sobre todo) también en cada rincón, en cada pueblo, en cada persona podemos ver su lado amable, su apoyo incondicional en cualquier momento. Y repito, también están esos gandayas que a cada rato se quieren pasar de listos y obtener ventaja de todo, no lo niego, pero cuando lees, cuando te enteras de que aún, sí, aún existen personas capaces de ayudar a un desconocido te da esperanza, esperanza de que esto mejore, o por muy mal que pueda estar nunca te encontraras solo.

Pero como lo indico en el primer párrafo, hace falta que la gota caiga, que alguien levante la mano, que alguien haga la diferencia para crear ese efecto de onda expansiva y alcance a aquellos que pueden ser afectados. No porque el resto no lo quiera, no, es porque a veces requerimos un empujoncito, más que nuestra cabeza está llena de estrés, de preocupaciones, de pendientes que nos impide ver nuestro entorno. Digo a mí me ha ocurrido. Una vez recuerdo que salí temprano del trabajo y al bajar del auto uno de mis niños me grita: Pá, que azul es el cielo ¿verdad?, y en ese momento levanté la mirada y note por vez primera, en todo ese día, el azul impresionante del techo celeste. Desde ese entonces y sin importar el estrés no olvido el mirar el cielo de vez en cuando.

Ser mexicano no es tan malo. Al contrario, nuestros mariachis, nuestro Cancún, nuestro Acapulco son únicos. La comida ¿qué tal? Esas enchiladas gratinadas de queso con sus frijoles refritos a un lado. Qué decir de la cochinita pibil o los tacos al pastor.

 

¿Y nuestras momias de Guanajuato? Claro que tenemos nuestras momias, esas mismas que luchaban contra El Santo y BlueDemon o el Mil Mascaras.

 

Y todavía tenemos mucho por conocer: el tren de Chihuahua que recorre la sierra;

Xel Ha con su mar turquesa;

El cañón del sumidero en Chiapas;

El desierto de Sonora

Prometo de ahora en adelante subirles fotos de en cuanto lugar hermoso y llamativo de México encuentre.

Salud para todos.