Historias de Padawans III

 

espacio

El gran Conejo Rosa redujo la velocidad, dejando que el Gorrión Sementario se pusiese a su altura. Desplazándose a gran velocidad, el Conejo Rosa embistió a la otra nave y los fuselajes se arañaron. Una segunda embestida hizo que uno de los motores del Gorrión dejase de funcionar, y el Conejo Rosa pudo maniobrar con más facilidad. Se colocó encima del Gorrión y, de entre las dos patas que formaban el tren de aterrizaje trasero de la nave rosa se extendió una pasarela cubierta que taladró el fuselaje de la nave plateada. Las dos naves quedaron unidas.
Realmente parecía que el Conejo estaba copulando con el Gorrión.
Fuego y Garra atravesaron a gran velocidad la pasarela montados sobre Arguruzku y Pollo Asado. Al entrar en el Gorrión, se encontraron con una chica con túnica esgrimiendo una extraña espada con una hoja de energía verde. Junto a ella, hipaba un chico envuelto en una túnica negra que luchaba por mantenerse en pie mientras miraba el busto de su compañera. Evidentemente estaba borracho. Llevaba otra espada, similar a la de la chica, pero de color rojo.
De repente, la puerta del baño se abrió y una figura con una máscara extraña salió de dentro, aún subiéndose los pantalones.
—¿A qué viene tanto jaleo? Ya no puede uno ni cagar tranquilo. ¡No se puede molestar así al legendario Muad Dib! —la voz sonó distorsionada tras la máscara.
—¡A la cargaaaaaa! —gritó Garra espoleando a su avestruz.
—¡Rendíos si sabéis lo que es bueno! —dijo Fuego mientras sacaba la primera flecha del carcaj y la colocaba en su arco.
Garra abrió el cilindro negro y sacó el contenido esgrimiéndolo en la mano derecha. La cara de incredulidad de todos los de la sala le hizo detenerse. Hasta su avestruz giró la cabeza para mirarlo. Se dio cuenta de que estaba blandiendo un gran falo de goma de treinta y cinco centímetros. Se encogió de hombros y reanudo la carga. Había que adaptarse a las circunstancias. Ya le explicaría a su novia cuando volviese a la Tierra que la porra eléctrica no era lo que quería regalarle.

La batalla por comenzar esperaba ser una verdadera carnicería!!!!!!
Fuego Helado apunto hacia Wilwarin y arrojó su primera flecha, la cual desvió Wilwarin con ayuda de su espada láser sin ninguna dificultad.
—Esa no es forma de mostrar respeto a tus anfitriones —sonrió Wilwarin, de nuevo con ese tono irónico que tanto la caracterizaba—, ¿vendrás a pelear de verdad o solo esperaras a que se terminen tus flechas?
Ese tono en su voz hizo que la sangre de Fuego Helado ardiera, tiró su arco, desmontó del avestruz y sacó un sable láser de color verde.
Uno de los motores del legendario "gorrión sementario" sin funcionar, hacía que el escenario se moviera violentamente, pero eso a la valerosa Fuego Helado no le importaba, quería luchar y demostrarle a su maestro cuanto había aprendido en su tutela!!!
Armada con su espada láser se abalanzó sobre Wilwarin con un golpe que cimbró el aire de un zumbido tan agudo que parecía que partiría la nave, Wilwarin lo detuvo con una sonrisa en el rostro, tenía demasiado tiempo sin enfrentarse a alguien tan fuerte... o impulsivo.......o talvez ambos.
Las dos danzaban en una especie de rito mortal y las luces, al ser ambas verdes, no dejaban ver quien llevaba ventaja sobre quien. Era una batalla hermosa y nadie osaba interferir y arruinar el equilibrio.
Los tres caballeros se quedaron mudos, mirando la batalla. Hasta que a Garra le atravesó un pensamiento muy oportuno por la mente, —esta es mi oportunidad— y alzando en alto el dildo de goma, concentrando sus fuerzas en esos treinta y cinco centímetros de felicidad y aprovechando la altura que le daba el avestruz, cargó un golpe que fue a parar a la cabeza de Ahuizotl!!!!!
Ahuizotl cayó al suelo estruendosamente, como si fuera un costal de papas y sin decir "auch".
Pero detrás de Garra ya se encontraba Muad-Dib con la palma de su mano enguantada apuntándole a la cara.
—Creo que te falta un arma amigo, si vas a apuntarle a alguien que sea con un arma. —dijo riendo irónicamente Garra.
Muad-dib también empezó a reír, bajó la mano para agarrar su estomago, dio la vuelta para seguir riendo......... y de nuevo, apuntó su palma hacia Garra mientras de repente su risa se detenía.
—Tendré en cuenta tu consejo. —susurró Muad-dib al momento que con su otra mano quitaba el guante.
—Nooo maaaam....!!!! —fue todo lo que la sorprendida voz de Garra alcanzó a maldecir al descubrir lo que había debajo del guante del misterioso personaje que era Muad-dib.
Era un brazo, totalmente metálico!!!!!! con circuitos que sobresalían por todos lados, lucecitas que parpadeaban y en la palma, un pequeño cañón, pequeño pero muy útil.
Del cual lanzo una red que atrapo a Garra al instante.
—Muy listo amigo, pero aún tengo un as bajo la manga —gritó Garra desafiante—, Arguruzcu!!! Pollo asado!!!!! Encárguense de este Megaman wannabe!!!
Al decir eso, las avestruces entraron en modo de combate y rodearon a Muad-dib amenazadoramente.
—Es muy curioso "amigo" yo también tengo un truco bajo mi robotizada manga —dijo la distorsionada voz de Muad-dib—, te presento a Boco y a Koko, mis mas recientes adquisiciones del planeta Ivalice —y aplaudiendo un par de veces, se abrió una puerta detrás de él, develando a Boco y Koko. Un par de chocobos con espolones y picos metálicos con mira láser—. Se me olvido decirte que decidí "arreglarlos" un poco. —orgullosamente afirmó Muad-dib.

Mientras tanto, Fuego Helado y Wilwarin seguían su lucha.
Estaban concentradas y no se daban cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Pelear era su único propósito en ese momento, los sables iban y venían, aún así no dejaban de sonreírse una a la otra ..... esta lucha le daba gran placer a ambas.
Hasta que un sablazo bastante certero desgarró la parte superior de la túnica de Wilwarin, dejando ver bastante más de lo que estaba dispuesta a enseñar.
Ella dejó caer su sable para poder cubrir sus pechos con los brazos.
Fuego Helado reía incontrolablemente.
—¿Y tu de que te ríes?- preguntó furiosa Wilwarin.
—Como no me voy a reír!!!! Hice que enseñaras tus bubis a todos!!!!!!!!! —dijo Fuego sin dejar de reír.
—¿Acaso ya te viste tu? —dijo Wilwarin de nuevo con ironía.
Fuego bajó la vista y vio que la parte baja de su atuendo eran solo algunas tiras de tela, dejando ver en su totalidad sus braguitas favoritas de Hello Kitty!!!! ¿En que momento había pasado eso?, tal vez si no hubiera prestado tanta atención a la batalla lo habría notado.
Las mejillas de Fuego ardieron, nunca había estado tan ruborizada antes!!!!!
Muad y Garra desviaron la vista y se sintieron muy afortunados por haber presenciado el espectáculo!!!!! A Garra le sangraba la nariz....... y a Muad.... era difícil de saber con esa mascara.

De pronto Garra pareció reaccionar.
—¿Hello Kitti? Yo siempre pensé que eras más de Snoopy.
Haciendo caso omiso a su maestro Fuego llamó a su avestruz que se acercó rápidamente y cogió de las alforjas la túnica que llevaba puesta antes.
—¡Ja! —rió—, ahora eres tu la destapada. —dijo haciéndole burla a Will.
Esta alzó su espada láser y envió una estocada a la desarmada Fuego que había dejado caer su espada.
—Pollo Asado ayúdame. —rogó a su montura.
El avestruz miró a todos lados perdida, debía ayudara su maestra pero cómo, en esto divisó un cuadro eléctrico que ponía, ''batería inalámbrica de las armas láser, no tocar'', ¿no tocar? Se dijo el avestruz, como se atrevía un simple cuadro a decirle a él no tocar, y olvidándose de su dueña se dirigió allí para descargar un picotazo en el centro del cuadro. Al instante todas las espadas láser se extinguieron.
Fuego recogió su arco y apuntó nuevamente a la aprendiz jedi, sonrió con superioridad.
—¿Y ahora te vas a estar quietecita?
Will soltó un bufido y acabo de atarse la parte de arriba de la túnica para que al menos le tapara lo justo. La voz de Garra sonó desde el fondo del compartimiento.
—Fuego, los chocobos siguen funcionando.
El caza recompensas estaba rodeado por los dos seres y intentaba mantenerlos a raya con el falo de goma.
—Maestro ¿puedo hacerle una pregunta?
—¿Te parece momento para preguntitas linda? —dijo éste, suspiró—, bueno venga una rapidita....
—¿Qué es ESO? —dijo señalando el arma de su maestro.
—¿Esto? Emm... cosas de mayores, ya lo sabrás cuando crezcas....
—¿Cuando crezca? —pregunto Fuego aún mas confundida que antes y mirando con curiosidad el objeto.
—¡¡¡¡¡¡¡JAAAAAAA JAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!! —rió Will— ¿No sabes que es ESO?
—¡Calla maldita! —le reprendió Garra—, déjala en paz, ni se te ocurra pervertir la mente de mi escudera que es pura e inocente. ¿Y tu que haces con una espada láser Fuego? Nosotros no usamos esas armas infernales.
—No sé, estaba en la túnica que me diste.
Fuego miraba la escena confundida y preguntándose si ESO sería tan importante como para cabrear tanto a su maestro. Estaba perdida en estos pensamientos cuando se dio cuenta de que alguien se le estaba acercando.
—Pura e inocente ¿eh? —dijo Muad mientras se aproximaba a la joven.
—¡Ah! —gritó la asustada escudera.
—¡Fuego! —exclamó Garra corriendo en ayuda de su protegida pero los dos chocobos se interpusieron en su camino— ¡huye!
Fuego se agarró de la silla de su avestruz y de un salto se subió en la grupa, espoleó a su montura que salió corriendo por los pasillos del gorrión sementario. Garra lanzó sus 35 cm de arma al aire y agarró su arma de por si acaso de las alforjas de su avestruz. Esto se ponía interesante pensó mirando a los dos chocobos, la aprendiz de jedi, el aprendiz de sith que estaba recuperando la conciencia y al... bueno a lo que quiera que fuera Muad.

Fuego caminaba con su montura de las riendas por los corredores metálicos del gorrion un poco perdida. Los corredores descendía cada vez mas y la escudera no encontraba... bueno no estaba muy segura de que es lo que buscaba. Caminando y caminando llego a un cartel que ponía SALA DE MAQUINAS (Zamora 4 km.)
Entro.
Garra agarro el hacha de doble filo con fuerza y con un golpe relámpago corto la cabeza al primer chocobo, el segundo asustado es hizo un ovillo en el suelo y empezó a temblar.
—Sentid mi poder. —exclamo el caballero alzando los brazos.
Aprovechando la posición del caza recompensas, Will le ató las muñecas y los tobillos, cuando se quiso dar cuenta estaba cayendo de morros al suelo todo estirado, la presunta futura jedi soltó una carcajada histérica.

—¡Espera Wil!, Garra es mío —gritó el aprendiz de sith mientras se levantaba y se sujetaba parte de la cabeza con la mano izquierda. ¡Joder! pero que cruda, me esta matando, mira —se acercó a Will quien con su pie, empujaba hacia el suelo la cara de Garra—, hasta me ha salido un chichón, creo que es una reacción alérgica a la cerveza, mi mami ya me había advertido de tomar tanta cerveza...
—¡Basta! —gritó acalorada la jedi—, ¿no ves que sufrimos un ataque? libera a Muad y ve por la padawan de Garra que ha escapao, esta en el interior del Gorrión.
El sith se inclinó para liberar a Muad mientras se quejaba por el terrible dolor de cabeza; después de soltarlo y ya que Muad estaba de pie apuntando con su terrible brazo mecánico a la cabeza de Garra, Ahuizotl se acercó.
—¿No tendrás una aspirina para la cabeza Muad? No puedo correr y pelear mientras me duela de esta forma.
Muad señaló un botiquín sobre la pared y ambos corrieron persiguiendo a la padawan de Garra.
—¡Hazle pagar caro su atrevimiento Wil! —gritó Muad—. Nadie, escucha Garra, nadie monta a mi gorrión, mucho menos un conejito rosado.
Al quedarse solos, Wil se inclinó para observar el rostro de Garra.
—Mi padawan me sacara de aquí, no te atrevas a hacerme daño.
Wil sonrió y una mirada malévola apareció en sus ojos.
—Pero claro que no, vamos a divertirnos, es que me ha fascinado eso que has traído por arma y por lo que veo eres un loco de esos que les encanta el sadomasoquismo.
—No, no hombre que estas equivocada, juego un poquitin pero nada de sangre, de verdad, ¿qué haces? —Wil abrió una pequeña compuerta de la nave en donde diez diferentes tipos de látigos, dos cadenas con púas y tres fuetes de plástico brillaban ante los ojos de Garra—, vamos niña, déjame ir, mira que tus amigos están peligro.
Wil se acercó y destapó la espalda de Garra, mientras que bajaba lentamente sus pantalones.
—¡Ahahahahha! —gritó la jedi—, jamás había visto un culo tan peludo.
La avestruz, que había permanecido escondida entre unas cajas metálicas para ayudar a su amo, al ver lo que ocurría huyó despavorida siguiendo los pasos de Fuego y pollo asado.
Mientras recorrían los túneles de Gorrión, Ahuizotl se detuvo de golpe.
—¡Joder!
—¿Que pasa? —preguntó Muad.
—¡Mi espada! que la he dejao, me carga el payaso, apenas se me quita la cruda y creo que estamos cerca de la padawan.
Muad observa los ojos rojos del sith y niega con la cabeza, se acerca a un pequeño panel y aprieta varios botones.
Sobre la pared se abre un pequeño compartimiento y una espada láser brilla en su interior.
—Anda, tómala, no quiero arriesgarme a que nos maten si no llevas tu espada.
—¡Gracias Muad!
—He, es del piojo, así que revísala para ver si funciona.
Un grito se escuchó por detrás de ellos, era Garra que parecía estar sufriendo inmensamente.
—Persigue a la padawan —indicó Muad—, yo regresare a ver qué ocurre, espero que Wilwarin no lo torture demasiado.
Ahuizotl continuó con su camino y Muad corrió de regreso a la sala principal.
Cuando entró tuvo que cerrar sus ojos por la terrible escena, Wil permanecía inclinada de frente al culo de Garra.
—¡Por dios! ¿Qué haces? -preguntó Muad con horror en su rostro.
Una plasta delgada y espesa se sujetaba a la piel de una nalga de Garra, Wil sujetó una orilla y la levanto con fuerza, provocando un horrible grito del Jedi.
—Estaba muy peludo, juro que nunca había visto un culo tan más peludo, y aprovechando que tenemos tiempo, pues me dedico a depilarlo, mira —levantó un tarro con algún líquido hirviendo en su interior—, es cera.
Muad corrió hacia ella y la sujetó con fuerza.
—No Wil, es demasiado para Garra, si duele arrancarte los pelos de las piernas, imagínate ahí.
En ese instante, Garra aprovechó el momento y escapó de regreso al conejito rosado, no sin antes cojear por el tremendo dolor de ambos cachetes inferiores.
—¡Joder! que esta jedi esta loca, me ha dejado mis nalgas de bebe, muy suavecitas, pero a que costo.

Alcanzó a brincar haciéndose a un lado, una avestruz pasó corriendo como si hubiera sido elegida para la cena. El sith se incorporó y continuó corriendo, hasta alcanzar el cuarto de maquinas.
Cuando entró observó algo que.... penetraba....no, atrapaba las paredes metálicas del gorrión, era el miembro....no, una especie de ancla ancha y poderosa que provenía del conejo impidiendo el escape del gorrión. Colgando de la parte más alta, Fuego intentaba llegar hasta un pequeño acceso del conejo, su montura ya le esperaba con impaciencia, y la avestruz que le había alcanzado brincaba con gran agilidad hasta alcanzar a su compañera.
—¡No escaparas jedi! —gritó el sith ya recuperado de la tremenda borrachera.
Trepó con una velocidad asombrosa gracias a los extenuantes entrenamientos de su hermosa maestra Céfiro, y en pocos segundos se encontraba a un lado de la jedi.
Se sujetó de igual forma y se columpió sobre el vacío hasta alcanzarla.
—¡Alejate! no puedo pelear de esta forma, deja que llegue a la orilla y nos enfrentaremos con nuestros sables de luz. —mencionó la jedi.
El sith observó las prendas desgarradas de Fuego que permitían ver ambos hombros desnudos y sus pechos colgaban al aire.
—¡Caray! que buenota estas jedi.
—¡No te acerques que soy muy cosquilluda!
El sith se acercó cada vez más, la jedi intentaba patearlo pero estaba muy cansada, sabía que la poca energía que le quedaba era para llegar hasta el conejito.
Ahuizotl, aprovechando la situación y estando más descansado que ella, se sujetó con solo un brazo y acerco su mano a la cintura de la jedi, cuando su mano rozó uno de sus pechos, las paredes se estremecieron con violencia.
El miembro del conejo comenzó a retroceder lentamente y la voz de garra se escuchó en el intercomunicador de Fuego.
—¡Fuego! ¿Dónde estas?
La jedi intentaba contestar pero el cansancio la inmovilizó. La voz se escuchó nuevamente.
—¡Me voy Fuego! No puedo esperarte, tengo una emergencia bastante...... ¿dónde dejaste esa cremita para rozaduras? me arde el culo.
Le faltaban dos centímetros para llegar a la jedi pero sus brazos le ardían, intentó sujetarse pero le fue imposible. Se soltó, sintió el vértigo en su estomago. De pronto, una mano sujetó su brazo e impidió su caída.
—¡Joder! Soy muy malo, malo, malote, si por eso quise ser un sith, pero tanto como perder a una mujer hermosa como tu Fuego, no estoy loco. - mencionó el sith sujetándola con fuerza.
De dos brincos bajó hasta el suelo y el miembro del conejo había salido por completo del agujero del gorrión. El conejo se retiró en reversa y comenzó a avanzar lentamente hacia enfrente. Ahuizotl subió su mirada para ver el boquete en la nave de Muad y Fuego aprovechó el momento, soltó una patada a la entrepierna del sith quien cayó de bruces lleno de dolor.
Fuego se acercó y lo besó.
—Gracias por salvarme la vida, te lo debo. —y brincó hacia la nave alcanzando una de sus paredes.
Ahuizotl se sujetaba la entrepierna y unas lágrimas recorrieron sus mejillas.
—¡Mis pelotas!, tendré que usar unas mecánicas especializadas en defensa contra jedis.

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